Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda forma de mal.
1 Tesalonicenses 5: 21-22
El aceite es símbolo del Espíritu Santo.
Efesios 1: 22, 23 “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”
Efesios 4:15, 16 “sino que
siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la
cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y
unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según
la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor”
4. Para animarnos
Dios les bendiga.
1 Tesalonicenses 5: 21-22
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Fuente original: www.centrorey.org
“No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino
exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”
(Hebreos 10: 25)
Introducción
Los tiempos en que
vivimos son los días a los que se refiere las Escrituras en cuanto a que
“el amor de muchos se enfriará”. Por ello, es de especial importancia
que nos animemos y exhortemos unos a otros en cuanto a congregarse se
refiere.Animar y agradecer a la congregación el esfuerzo que hacen para congregarse.
Hebreos 10:25
“No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino
exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”
Vemos que la exhortación se manifiesta en diferentes formas: como ánimo, consuelo, advertencia, fortalecimiento.
A la pregunta de ¿Por qué tenemos que congregarnos? Seguro que nuestra
primera respuesta sería porque es un mandamiento. La respuesta es
absolutamente correcta. Pero como todos los mandamientos de Dios para
nosotros, tienen una razón y un porqué. No son simplemente porque sí.
En el griego original se traduce como: “no abandonando la asamblea”
también se traduce como: no desertemos, y según el verbo original en
griego da la idea de un alejamiento continuo.
Como todos los
mandamientos de Dios, el cumplirlo o no, nos traerá sus respectivas
consecuencias. Nos deparará bendición si obedecemos, o traerá a nuestra
vida las consecuencias que Dios considere necesarias para reprendernos,
si no obedecemos. “al que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es
pecado” (Santiago 4: 17)
Por otra parte, veamos cual es el
significado de congregación: Encuentro, Asamblea programada. Es el
encuentro de los cristianos nacidos de nuevo que forman parte del cuerpo
de Cristo.
Vemos el contexto de Hebreos 10:25
“Así
que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por
la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a
través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote
sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena
certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y
lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la
profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y
considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas
obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre,
sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”
(Hebreos 10: 19-25)
“Eva fue terriblemente tentada cuando estaba sola. El no congregarse es proyección a la tentación”
Un breve resumen de estos versículos:
El escritor de Hebreos se dirige a sus hermanos judíos con una
invitación a dejar atrás el sistema levítico y apropiarse de los
beneficios del nuevo pacto en Cristo.
Gracias al ministerio de Cristo como Sumo Sacerdote, los Hebreos pueden entrar con plena confianza a la presencia de Dios.
Es una invitación a aquellos que estaban en la asamblea pero todavía no
habían venido a Cristo. Describe los requisitos previos para entrar a
la presencia de Dios: sinceridad, seguridad, salvación y santificación.
Mantenerse firme o asirse con firmeza, no es algo que se hace para
mantener la salvación, sino que más bien es una evidencia de la
salvación.
En nuestro caso, la Profesión de nuestra esperanza es la afirmación de la salvación.
Si fluctuar, aquéllos debían abstenerse de cualquier inclinación que
les hiciera retroceder al Antiguo Pacto. Muchos habían comenzado a
considerar la posibilidad de volver a las prácticas del sistema levítico
del judaísmo para evitar la persecución.
El ánimo mutuo para mantener un compromiso era, y es vital.
“…Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos…”:
“Estimularnos”… la palabra “paroxismo” se deriva del término griego y
significa en este contexto: incitar o apremiar a una persona a hacer
algo. Eso debemos hacer los unos a los otros. Este, por tanto, es el
sentido de este escrito también.
Seguimos viendo el contexto:
Hebreos 10: 26, 27
“Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,
sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de
devorar a los adversarios.
Dicho de otro modo: “Porque si
voluntariamente nosotros continuáremos pecando después de haber recibido
el pleno conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por los
pecados”.
Estos versículos tienen una conexión con el pecado de
algunos que desertan de las reuniones eclesiales. Obviamente, a pesar
de haber recibido el conocimiento de la verdad (no la verdad en sí),
pueden llegar a pecar voluntariamente. ¿Serían estos realmente salvos?
No. Nadie que sea realmente de Cristo puede pecar voluntariamente.
La Palabra es diáfana al respecto:
“Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la
simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de
Dios”(1 Juan 3: 9)
Cristo permanece en el que ha nacido de
Dios. Este no puede pecar del modo expuesto en Hebreos 10: 26 porque no
sólo tiene conocimiento de la verdad (el cual también lo tiene Satanás),
sino que tiene la verdad en sí, que es Cristo.
Este pasaje de
Hebreos trata el pecado de la apostasía, que es el retroceso o la
deserción intencional. Los apóstatas se sienten atraídos a Cristo en un
principio, oyen y entienden Su evangelio, y están a punto de creer para
salvación, pero después se rebelan y dan la espalda. Esta advertencia
contra la apostasía es una de las advertencias más serias en toda la
Escritura.
No todos los hebreos responderían a la invitación de
la salvación, algunos ya no tenían ni esa posibilidad. Lo mismo pasa y
ha pasado a lo largo de la historia de la Iglesia.
“El apóstata siempre cree tener la razón; es parte de su engaño en el que está”
Volviendo a tema principal, que es congregarse:
La Biblia nos enseña que la iglesia de Jerusalén se congregaba tanto en el templo como por las casas.
Hechos 2: 46, 47 “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y
partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de
corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo, y el
Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”
Entendemos pues que la congregación está donde un grupo de personas se
reúne en el nombre del Señor Jesucristo, independientemente del lugar
donde se junten.
¿Por qué el autor de Hebreos escribe así? “no
dejéis de congregaros como algunos tienen por costumbre”, pues
evidentemente porque había hermanos en la fe que habían dejado de
congregarse.
La adoración colectiva en la congregación es una
parte vital de la vida espiritual. Esta es una advertencia sobre la
apostasía en un contexto escatológico. El escritor de Hebreos hace
referencia al día que se aproxima (la segunda venida de Cristo).
Esta exhortación se manifiesta por una urgencia escatológica que
requiere un aumento en la intensidad y en el número de actividades
cuanto más se acerca el día de Cristo.
¿Cuáles pueden ser las razones por las que una persona deja de congregarse? Algunas son:
Por egoísmo, desidia, negligencia, soberbia, al no querer mezclarse
con el pueblo, y lo más probable en este caso, temor a la persecución.
En nuestros días, temor al que pensarán.
Yo creo que hay muchas razones, pero básicamente se podrían resumir en dos:
1-Porque nunca ha sido salva la persona.
1 Pedro 2: 2, 3
“desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada,
para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la
benignidad del Señor”
¡Nos asustaríamos si supiéramos cuántos y cuántos realmente no son salvos en tantas congregaciones!
2- Por caer en engaño.
Falsos motivos al respecto:
“No es necesario ir a la iglesia”
“No necesito ir a la iglesia para creer en Dios”
“Yo oro, alabo y estudio la Biblia mejor en mi casa”
“Yo soy mi iglesia”
“Dios está en mí y me ama, ¿para qué ir a alguna parte?”
“Dios está en todo lugar, la iglesia no es necesaria”
“Yo y el Señor; eso es lo que quiero”
“Si soy honesto, me aburre ir a la iglesia”
“Está llena de hipócritas”
“No hay nada realmente nuevo que me pueda enseñar el pastor o los hermanos”
“Allí no saben valorarme”
“Hay hermanitos inaguantables…Hermanitos que ni me saludan…que me critican…”
“Prefiero buscar a Dios en la naturaleza, en la gente… ¡en el partido de fútbol del domingo!” (algunos sí)
“Etc. etc. etc.”
“El cristiano que se aparta, suele tener un concepto equivocado de sí
mismo. A veces ese concepto es en cuanto a superioridad espiritual”
Se piensa así en alguna de las variantes cuando uno cae en engaño. Y
uno llega a ese engaño entre otras razones; cuando tiene amargura en su
corazón, resentimiento, falta de perdón, orgullo, porque es negligente,
sabio en su propia opinión, ambicioso, perezoso, etc.
Una persona
que no se congrega, por mucho que diga que se alimenta leyendo la
Biblia, o mediante programas de radio, televisión o internet, no está
haciendo lo que debe hacer si no se congrega, y está fuera de la
voluntad de Dios, aunque no lo quiera o sepa reconocer.
Hay
veces en las que tenemos motivos reales por los cuales no podemos
congregarnos, pero estos serán sólo de forma temporal y por razones
legítimas.
¿Por qué debemos congregarnos?
1) Porque es un mandamiento
2) Para aprender juntos
3) Para adorar juntos
4) Para animarnos unos a otros
5) Porque el día se acerca
6) Porque Jesús nos dio ejemplo.
1.Porque es un mandamiento que además trae bendición
Obedecer los principios de Dios trae bendición a nuestras vidas.
Mateo 18: 20 “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".
Vemos en el capítulo de Hechos 2 que Dios derramó su Espíritu Santo
cuando estaban orando todos juntos. Hay una presencia especial de parte
de Dios cuando nos reunimos en Su nombre.
Salmo 133:1-3¡Mirad
cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba,
la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras. Como el
rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí
envía Jehová bendición, y vida eterna”
Dios manda (ordena) bendición y salvación.
1. El
salmista pone de relieve cuán bueno, es decir, cuán provechoso, es que
los hermanos, no los unidos por los vínculos de la carne, sino los
israelíes pertenecientes a las distintas tribus, del pueblo escogido por
Dios, se mantengan estrechamente unidos. No sólo era bueno, provechoso,
sino delicioso, agradable, hermoso.
2. Las
ilustraciones son típicamente orientales: El aceite de la unción era
derramado sobre la cabeza del sumo sacerdote (Ex. 29:7) y bajaba por las
patillas hasta la barba, la luenga barba que era una señal de gran
dignidad en el Oriente. Como esta barba llegaba hasta la escotadura de
sus vestiduras sacerdotales, el óleo llegaba, por la barba, hasta las
doce piedras, símbolo de las doce tribus de Israel, del pectoral.
De manera semejante, las bendiciones de toda clase, sólo podían extenderse a quienes viviesen en unidad y armonía fraternas.
La segunda comparación es con el rocío de Hermón. El rocío (humedad
salpicada) es emblema de bendiciones divinas, por lo que el descenso de
su rocío sobre las alturas de Sión es una imagen poética para designar
bendición material.
La segunda parte del v. 3 dice
literalmente: “Porque allí manda (es decir, ordena, no "envía") Yahweh
la bendición, es decir, vida para la nación de Israel, hasta la
eternidad.
2. Para aprender juntos
Para
aprender de las enseñanzas, estudios, etc. Debemos aprender la Palabra
de Dios para edificación de nuestras vidas y para poder enseñar y
evangelizar a otros. Una de la evidencias del nacimiento espiritual es
ese deseo de recibir alimento espiritual y compartirlo.
1 Pedro 2:5
“vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa
espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales
aceptables a Dios por medio de Jesucristo”
(Véase 1 Corintios 12: 4 al 21 y 26, 27)
Cada don que reciba una persona, no es solamente para beneficio de esa
persona, sino para el beneficio de aquellos que no tienen ese mismo don.
Así sucesivamente, cada uno es ayuda para el otro. Eso es parte
sustancial de la unidad en el Espíritu (Ef. 4 ss.)
El fin de esto es que el cuerpo crezca en armonía, así como crece el cuerpo humano.
Efesios 4:11, 12
“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo”
Así
como en el cuerpo humano el regulador y sincronizador de todos los
miembros internos o externos es el cerebro que se encuentra en nuestra
cabeza, así también el que rige la vida de la iglesia como un cuerpo es
Cristo, la cabeza del cuerpo que es la iglesia.
El cuerpo puede
vivir sin un brazo, una pierna o un ojo, aunque sufrirá, pero sin lo
que no puede vivir de ninguna manera es sin cabeza o cerebro.
Efesios 1: 22, 23 “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”
3.Para alabarle
Dios habita en medio de las alabanzas de su pueblo. Aunque debemos
adorar a Dios en todo tiempo y lugar, la presencia de su Espíritu se
manifiesta de forma especial cuando lo hacemos juntos.
Salmos 122: 1 “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos”
Salmos 22: 3 “Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel”
Salmo 100: 4 “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre”
Es un gozo ir a la casa del Señor.
“La alabanza manifiesta a Dios en la congregación es perfecta voluntad Suya”
Cuántas veces no hemos llegado a la reunión con preocupaciones, y
decisiones que tomar y los hermanos nos han ayudado en nuestra
necesidad. Sin duda la respuesta es todos.
Como personas,
tenemos necesidad de relacionarnos unos con otros porque Dios lo ha
establecido de ese modo. Dios nos ha creado para vivir en familia, no
aislados ni en solitario.
1 Tes. 5:11 “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis”
1 Tes. 5:14
“También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que
alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis
pacientes para con todos”
5. Porque el día se acerca
Debemos estar conscientes de que esperamos la venida del Señor para El
llevarnos. Desde el tiempo del apóstol Pablo la iglesia lo ha estado
esperando, deseando; ha estado amando su venida.
Dice la
Escritura que en los días que precederán a su venida el amor de muchos
se enfriará, es por eso que nos exhorta a mantenernos unidos al cuerpo.
Romanos 13:11
“Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño;
porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando
creímos”
“Nuestra bienaventurada esperanza es Cristo viniendo a
por nosotros, reunidos, todos los que amamos su venida; ¿cómo puede uno
que abandona la asamblea de Cristo esperar ese día cuando anda “por
libre”? No puede.
6. Jesús nos dio ejemplo en cuanto a congregarnos
Lucas 4: 16
“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en
la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer”
El
templo de Jerusalén fue destruido varias veces, por lo cual los judíos
de aquellos tiempos al tener la necesidad de congregarse establecieron
las sinagogas.
Sinagoga: Proviene del latín synagoga, y este del griego synagoge, del verbo synago (reunir o congregar)
Se supone que las primeras sinagogas aparecieron en el siglo sexto
antes de C. de entre los judíos deportados por Nabucodonosor en la
conquista de Jerusalén hacia el año 597 a. C. y tras la destrucción del
templo y la ciudad santa.
En las sinagogas se reunían para
estudiar, cantar y orar en común. No eran edificios construidos
especialmente para el culto sino que cualquier local hacía las veces de
lugar de reunión.
Concluyendo
Si somos cuerpo
de Cristo actuemos como tal. O dicho de otro modo: los que somos
miembros del cuerpo de Cristo, actuemos como tales. Jamás veremos una
mano viva a metros de distancia del brazo al que está unida, a voluntad.
¿Por qué entonces hay tantos verdaderos hermanos en la fe, que por
motivos personalistas van “por libre” y por tanto no se reúnen? No
dejemos de ver en ello una desobediencia al mandato del Señor.
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